¡Buenas! Somos un grupo de estudiantes de tercero de psicología de la Universidad de Oviedo dispuestos a hacer un blog centrado en uno de los temas que más nos preocupan a los jóvenes de hoy en día: La precariedad laboral. Además también vamos a hablar sobre el papel que ocupa el psicólogo a la hora de abordarlo.
En primer lugar, para entrar en materia vamos a definir el concepto de precariedad laboral. Según la Real Academia Española la precariedad laboral se refiere a la poca duración o estabilidad y a la falta de medios suficientes. Otra definición más completa sería decir que es la situación que viven las personas trabajadoras que, por razones diversas, sufren procesos que conllevan inseguridad, incertidumbre y falta de garantía en las condiciones de trabajo, más allá del límite considerado como normal.
Actualmente es un tema del que se habla mucho, y generalmente se hace dando importancia únicamente a los contratos temporales, sin tener en cuenta que también se trata del hecho de ausencia de derechos laborales y más concretamente el derecho a la formación, o información, tanto cuando se pasa a formar parte de la empresa por primera vez como cuando se la abandona o se es despedido.
Otra forma de precariedad laboral se da cuando la jornada laboral requiere de un exceso de horas que no son ni consideradas ni compensadas económicamente. También son habituales los contratos a tiempo parcial o puestos de trabajo temporales. El empleo a tiempo parcial nunca ha sido una opción muy popular en España, pero esto está cambiando y El Gobierno ha hecho varios cambios legales que permiten a los empresarios un uso mucho más flexible de las horas extra en estos contratos.
En nuestro país vemos que la precariedad va para largo, ya que el empleo va bastante por detrás de la recuperación de la economía. Este es un problema que se pronuncia aun mas en la juventud, ya que hay evidencias de diferencias salariales entre jóvenes y trabajadores de más edad. Los jóvenes constituyen un colectivo muy castigado por el desempleo y por condiciones de trabajo peores a los empleados más mayores y está generando la descendencia paulatina de la ocupación de los jóvenes y de la proporción de jóvenes que aún están ocupados, la mayoría de ellos han firmado un contrato de empleo temporal.
Las noticias afirman que España es el país con más precariedad laboral en Europa. Supera la tasa de temporalidad entre los jóvenes de Alemania, Francia, Italia, Reino Unido, Grecia, Irlanda y Portugal; es el segundo país con más porcentaje de trabajadores involuntarios a tiempo parcial tras los griegos; y solo los franceses están por debajo de los contratos temporales que pasaron a indefinidos.
Se está generalizando una visión pesimista de lo que sucede en el mercado laboral español. ¿Podemos considerar esta precariedad laboral como una consecuencia de la crisis económica que está atravesando nuestro país? Es cierto que hay empleo precario, pero ¿Cuál sería la alternativa, seguir con seis millones de parados? Lo que queda claro es que cuanto más paro habrá sueldos más bajos, los costes de despido serán menores se reducirá el precio de la mano de obra. Todo esto nos conduce a concienciarnos de que la precariedad estará presente en nuestro país por una larga temporada.
En España no es nuevo el hecho de que tras una crisis el empleo se recupere en precario, ya que hubo otras épocas de crecimiento en nuestro país donde la poca estabilidad del empleo y el encadenamiento de contratos temporales funcionaron como motor del mercado laboral. ¿Entonces podemos ver esta precariedad como algo no tan perjudicial? ¿los jóvenes siguen siendo los peor parados desde esta perspectiva o es una forma de encauzar nuestro país? Queda abierto el debate.
Los datos reales conocidos actualmente muestran que España ha dejado de destruir empleo y esto es algo realmente importante. Pero la otra cara de la moneda es la gran cantidad de empresas que están cerrando sus puertas y por ello se están perdiendo muchos puestos de trabajo. Para compensar todo esto necesitamos que se creen más empresas y así generar empleo, motivar a la juventud y que esta adquiera experiencia y no tengan que emigrar a ningún país vecino. Los jóvenes y principiantes se enfrentan a un paro estancado en el 25% de la población durante ya mucho tiempo, a unos salarios muy bajos y un trabajo que podemos denominar precario.
Concluimos con que la crisis económica que estamos atravesando ha sido un factor determinante para este problema, pero sin embargo, esta situación ya existía. En las últimas décadas la desventaja de los trabajadores más jóvenes siempre ha estado presente, pero como se trataba de un periodo de bonanza económica apenas se notaron los graves efectos que esto iba a tener.
En primer lugar, para entrar en materia vamos a definir el concepto de precariedad laboral. Según la Real Academia Española la precariedad laboral se refiere a la poca duración o estabilidad y a la falta de medios suficientes. Otra definición más completa sería decir que es la situación que viven las personas trabajadoras que, por razones diversas, sufren procesos que conllevan inseguridad, incertidumbre y falta de garantía en las condiciones de trabajo, más allá del límite considerado como normal.
Actualmente es un tema del que se habla mucho, y generalmente se hace dando importancia únicamente a los contratos temporales, sin tener en cuenta que también se trata del hecho de ausencia de derechos laborales y más concretamente el derecho a la formación, o información, tanto cuando se pasa a formar parte de la empresa por primera vez como cuando se la abandona o se es despedido.
Otra forma de precariedad laboral se da cuando la jornada laboral requiere de un exceso de horas que no son ni consideradas ni compensadas económicamente. También son habituales los contratos a tiempo parcial o puestos de trabajo temporales. El empleo a tiempo parcial nunca ha sido una opción muy popular en España, pero esto está cambiando y El Gobierno ha hecho varios cambios legales que permiten a los empresarios un uso mucho más flexible de las horas extra en estos contratos.
En nuestro país vemos que la precariedad va para largo, ya que el empleo va bastante por detrás de la recuperación de la economía. Este es un problema que se pronuncia aun mas en la juventud, ya que hay evidencias de diferencias salariales entre jóvenes y trabajadores de más edad. Los jóvenes constituyen un colectivo muy castigado por el desempleo y por condiciones de trabajo peores a los empleados más mayores y está generando la descendencia paulatina de la ocupación de los jóvenes y de la proporción de jóvenes que aún están ocupados, la mayoría de ellos han firmado un contrato de empleo temporal.
Las noticias afirman que España es el país con más precariedad laboral en Europa. Supera la tasa de temporalidad entre los jóvenes de Alemania, Francia, Italia, Reino Unido, Grecia, Irlanda y Portugal; es el segundo país con más porcentaje de trabajadores involuntarios a tiempo parcial tras los griegos; y solo los franceses están por debajo de los contratos temporales que pasaron a indefinidos.
Se está generalizando una visión pesimista de lo que sucede en el mercado laboral español. ¿Podemos considerar esta precariedad laboral como una consecuencia de la crisis económica que está atravesando nuestro país? Es cierto que hay empleo precario, pero ¿Cuál sería la alternativa, seguir con seis millones de parados? Lo que queda claro es que cuanto más paro habrá sueldos más bajos, los costes de despido serán menores se reducirá el precio de la mano de obra. Todo esto nos conduce a concienciarnos de que la precariedad estará presente en nuestro país por una larga temporada.
En España no es nuevo el hecho de que tras una crisis el empleo se recupere en precario, ya que hubo otras épocas de crecimiento en nuestro país donde la poca estabilidad del empleo y el encadenamiento de contratos temporales funcionaron como motor del mercado laboral. ¿Entonces podemos ver esta precariedad como algo no tan perjudicial? ¿los jóvenes siguen siendo los peor parados desde esta perspectiva o es una forma de encauzar nuestro país? Queda abierto el debate.
Los datos reales conocidos actualmente muestran que España ha dejado de destruir empleo y esto es algo realmente importante. Pero la otra cara de la moneda es la gran cantidad de empresas que están cerrando sus puertas y por ello se están perdiendo muchos puestos de trabajo. Para compensar todo esto necesitamos que se creen más empresas y así generar empleo, motivar a la juventud y que esta adquiera experiencia y no tengan que emigrar a ningún país vecino. Los jóvenes y principiantes se enfrentan a un paro estancado en el 25% de la población durante ya mucho tiempo, a unos salarios muy bajos y un trabajo que podemos denominar precario.
Concluimos con que la crisis económica que estamos atravesando ha sido un factor determinante para este problema, pero sin embargo, esta situación ya existía. En las últimas décadas la desventaja de los trabajadores más jóvenes siempre ha estado presente, pero como se trataba de un periodo de bonanza económica apenas se notaron los graves efectos que esto iba a tener.